Consejo psicológico de la semana - 27 de noviembre
Experiencias infantiles adversas
¿Qué son las ACE?
Las ACE son experiencias infantiles adversas. Aunque todos experimentamos adversidades o circunstancias difíciles en la vida, las ACE son acontecimientos traumáticos que se producen en la infancia, entre los 0 y los 17 años.
Los CDC clasifican estas experiencias como violencia, abuso o negligencia; presenciar violencia en el hogar; y que un miembro de la familia intente suicidarse o muera por suicidio.
También se incluyen aspectos del entorno del niño que pueden socavar su sensación de seguridad, estabilidad y vinculación, como crecer en un hogar con abuso de sustancias, problemas de salud mental, inestabilidad por separación o divorcio de los padres o encarcelamiento de uno de los progenitores, un hermano u otro miembro del hogar.
No podemos controlar todo lo que ocurre en la vida de nuestro hijo, ni las decisiones de las personas que forman parte de su vida. La gravedad, la frecuencia y el tipo de experiencia adversa pueden afectar a la respuesta del niño al trauma.
Como educadores, podemos actuar con comprensión ante el comportamiento o las respuestas de un alumno si tenemos en cuenta las ACE de su vida.
Como padres, podemos tener en cuenta los seis factores de protección que los estudios han demostrado que pueden atenuar el impacto negativo de las ACE, entre los que se incluyen:
- Reforzar el apoyo económico a las familias: tener un buen trabajo e ingresos con políticas familiares de apoyo disminuye el estrés en la familia, lo que hace que se produzcan menos acontecimientos traumáticos en su seno.
- Cambiar las normas sociales para protegernos contra la violencia y la adversidad: enseñarnos a nosotros mismos y a nuestros hijos a gestionar las emociones en lugar de recurrir a la violencia. Si sabemos que se está produciendo violencia o abuso, decir o hacer con seguridad lo que sea necesario para ayudar a la víctima y detener el abuso.
- Un buen comienzo para los niños: el enriquecimiento preescolar con la participación de la familia conduce a mejores resultados más adelante en la escuela. Un cuidado infantil asequible y de calidad puede garantizar un entorno que satisfaga sus necesidades.
- Mejorar las habilidades parentales: clases sobre prácticas parentales positivas, cómo funcionan las relaciones sanas e incluso prácticas de noviazgo seguras podrían ayudar a evitar muchos abusos y abandono de menores.
- Intervenir para disminuir los daños y prevenir futuros riesgos: terapia para procesar el trauma, tratamiento para el abuso de sustancias y tratamiento centrado en la familia para fortalecer a toda la familia.
- Conectar a los jóvenes con adultos y actividades afectuosos: los programas de tutoría o extraescolares ofrecen a los niños modelos adultos positivos, aumentan la conexión con la comunidad, mejoran la participación en la escuela y aumentan el acceso a experiencias vitales positivas.